viernes, 5 de abril de 2013

M. (FIN)


Laura me miró y yo no supe qué hacer

“gracias”
Me señaló
“¡eh! ¡Tú! ¿Me agarras? Creo que me voy a desmayar…”
“¡no puedo! ¡Creo que yo también!”

CAPÍTULO 7

“¡Venga mamá! ¡Que no llegamos!”

Habían pasado dos años desde entonces
El libro de M. fue todo un éxito, como ya sabía
Hay pocas cosas de las que estoy seguro en la vida, pero en aquella tenía una certeza absoluta…
Íbamos por la decimoquinta edición… algo más de millón y medio de ejemplares

“Tu madre siempre igual hijo…”
“¡¡ya estoy impaciente!!”
“¿viene Laura hijo?”
“¿lo dudas?”

Era el día… hoy se hacía patente mi promesa.
Una promesa que me hice a mí mismo tras conocerle
Y no era publicar su libro…

  Estaba todo el pueblo allí… no cabía un alfiler

“¡Hola gordi!”

Laura me besó… si, estábamos juntos desde entonces

“va a ir todo bien, no estés nervioso… ¿has visto cuánta gente?”

Subí las escaleras hasta el atril
Orienté el micro hacia mi boca

“Buenos días a todos. Hoy es uno de los días más felices de mi vida. Voy a ser muy breve. Un día conocí a un hombre. Solo un día. Pero ese día marcó mi vida. Desde entonces, todo lo que ha ocurrido, todo lo bueno, ha tenido que ver con ese encuentro. El amor, el éxito el dinero… pero sobre todas las cosas LA FELICIDAD.
Me siento enormemente orgulloso de comunicarles que hoy se inaugura el centro para indigentes de Santo Padre, al que rebautizamos como el Centro de M.
El primero de los 15 que tenemos pensado abrir en España.”

Reconstruimos el Centro con los beneficios del libro, parte de ellos… y era sólo el comienzo

“Señores, si hoy fuese el último día de mi vida diría, “qué bien has vivido, cabrón””
Gracias M

2 comentarios:

  1. Lara, impresionante. Me ha encantado la historia y tu blog. Sigue así.

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  2. La historia de M, hace creer sólo en una cosa, algo que todos conocemos, pero de la que todos nos olvidamos. Y es que la vida sólo cobra sentido cuando desprendemos amor. Nadie recordara más nuestro paso por este mundo que aquellos a quienes tratamos de hacer felices. Por ello, y por enseñarnos el sentido real de la vida, gracias M.

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