Mi hermano se gradúa…
Bueno, hacen la fiesta esa de
despedida del cole, en la que un montón de niños y niñas con las hormonas
disparadas, se visten como adultos (o se disfrazan, mas bien) actúan como niños
y beben como camellos…
Le acompañé a comprarse el traje.
¡Estaba tan guapo!
Y al lado del probador, una voz
estridente…
“¡con esto no se me marca el
canalillo mamá! ¿De que vas? ¡Tráeme el rojo que parece un corsé!”
Miré a mi hermano y mi hermano me
hizo un gesto de “¿qué esperabas?”
¿Lo peor de todo? La madre fue a
por el vestido rojo sin rechistar
Es entonces cuando das gracias a tu
madre por haber sido siempre tan “pesada” con lo tuyo, ya sabes: “hija, eso es
demasiado corto… hija a las 11 en casa, como tarde y acompañada… hija ¿Qué tal
la fiesta? A ver… ¿échame el aliento?”
Mi hermano se probó el segundo
pantalón de traje mientras la niña poseída por Paris Hilton seguía empeñada en
que no le marcaba lo suficiente el vestido…
No soy cotilla, pero sí, tuve que
mirar…
Y tampoco soy criticona, pero sí, ese
vestido no dejaba nada de trabajo a la imaginación…
“Clara va a llevar uno azul
eléctrico con escote de barco y abertura hasta el final de la espalda… ¡no
puedo ir así! Ella enseña más”
“¡bueno hija! Pues vamos a otra
tienda a ver que tienen”
Mi hermano desde el probador soltó
una carcajada.
A mi más bien me apetecía llorar...
Vaya dos…
Vaya futuro de niña y vaya
desgracia de madre.
La sensación que me dio es la misma
que me da en otros muchos ejemplos con otros padres… es algo así como “venga,
venga, lo que quieras, pero déjame ya en paz que tengo que hacerme las uñas…”
Nos quejamos de los jóvenes, de la
sociedad, de la mala educación, de lo que beben los chavales, de lo pronto que
empiezan a consumir, a practicar sexo, a dejar los estudios…
Nos quejamos pensando que son todos
un desastre, menos el nuestro “que está con sus amigos en el parque, que me lo
ha dicho a mí”
Criticamos el “madre mía… así pasa
lo que pasa con las niñas de hoy en día, que no se hacen respetar” mientras les
compramos un vestido de “¡eh! ¡Mírame! ¿Cómo estoy?”
… mmmmm ¿en bolas?
Por supuesto que hay chavales
maravillosos y padres ejemplares.
Pero ¡ah amigo! Un hijo es de por
vida…
Dedicación, constancia,
responsabilidad, entrega, educación, disciplina, cuidado, AMOR.
“¡¡Cómo mola tío!! ¿Cuánto dices
que te ha dado tu padre hoy para salir? ¡60 pavos! ¡Qué suerte tienes…!”
Pregúntale cuánto tiempo le dedica
su padre al día… igual no mola tanto…
Dinero a cambio de perderte de
vista… muy bien
Chavales, sois los elegidos… siento
decirlo así, pero haced que los espermatozoides que no llegaron a la meta, se
sientan orgullosos de vosotros…
Los padres son los que nos tocan…
En ocasiones, si no has tenido
suerte, te tocará el arduo trabajo de la educación adulta…
¿Que tu madre te trae el vestido
más corto de la tienda?… siéntate con ella y explícale que eso no puede ser.
Que al ser tu madre, tiene que buscar que su hija esté guapa, no como un ……….”
(rellenar puntos suspensivos con el adjetivo que se te venga a la cabeza)
Mi hermano salió del probador con
el segundo pantalón
¡Casi me había olvidado que seguía
ahí!
“¡¡Que guapo!! Te queda muy bien”
“¿tu crees? Creo que no me marca
suficientemente las tetas…”
“voy a por una talla menos… anda…
¡vamos pieza!”
Me duele escribir lo que voy a escribir, pero lo pienso y es verdad, tenemos la oportunidad de vivir en una época más 'fácil' a la que vivieron nuestros padres o nuestros abuelos, pero que nos la estamos cargando, entre todos (unos más, otros menos) y no estamos aprovechando lo que tenemos. Tenemos una 'mierda' de sociedad, en la que ya no es como en este caso, apenas unos dieciocho años (yo tengo veinte) es ya el claro ejemplo de niñas de apenas diez años que ya llevan sus años imitando a esta gente, no viven así la infancia, la destrozan. Tengo dos sobrinos (niño y niña) de apenas año y medio y pienso en su futuro y me da cosa hasta de pensarlo... vaya desastre, pero no porque se vuelvan como los niños de ahora, sino porque no sepan el trabajo que ha costado llegar hasta aquí, para tener una vida mejor.
ResponderEliminarDesde hace seis años, desgraciadamente, me he tenido que buscar mi vida porque mis padres se tuvieron que marchar demasiado pronto, y aunque no me ha faltado nunca de nada (aparte de que siempre mi hermana o mis padrinos han estado) valoras de una forma insospechable de las cosas que tienes y el trabajo que necesitan conseguirlas. Me duele ver lo que ocurre en realidad en cada casa como te pasa a ti, cuando lo más curioso es que no estoy muy lejos de su edad…
Siendo una persona muy optimista y luchando por lo que hace falta, por intentar cambiar la situación, ya me rendí una vez por falta de ganas y no quiero rendirme otra. Jode pensar que conforme vaya pasando el tiempo vaya esto a peor. Yo solo hoy tengo que decir un GRACIAS enorme a mis padres por haberme dado una educación digna y haberme permitido, sobre todo esto último, que siguiese sus pasos y no me fuera por otros.
Un saludo Lara.