lunes, 18 de marzo de 2013

MOSQUETERAS

Llevaba una hora hablando… sin parar.
Entiendo que seamos sus dos únicas amigas… pero llevo un tiempo entendiendo porqué.

Yo miraba a Marta, intentando averiguar si pensaba lo mismo que yo…
Pero estaba claro que no…
El tema de los Jimmy Choo nuevo de Eva, la tenían hipnotizada.

¡Por cierto! Es una marca de zapatos… lo digo para que no os miren si preguntáis “¿¡¡en serio!!? ¿¿Desde cuándo tienes perro??

Nos conocemos desde el cole.
Éramos “las tres mosqueteras”
Siempre juntas y siempre metiéndonos en líos…
Teníamos al de Química frito... se hacia llamar “señor López”  le rebautizamos por “señor Cachos” debido a su cabeza (sólo tenía el pelo a cuadros, como un tablero de ajedrez)

Hemos compartido todo…
Veranos, fiestas, confesiones, llantos, divorcio de padres, borracheras, millones de risas…
¡Incluso a Carlos! (era el único guapo del cole y mejor que quede todo entre amigas…)
Estuvo 2 semanas con Eva, 1 mes conmigo y 11 años con Marta… (Sí, aún siguen y no es incómodo verlos porque de aquella teníamos 16 años…)

Llegó la Uni y fue el momento más difícil de nuestra amistad…
Nos separábamos por primera vez en serio (la vez que más estuvimos sin vernos fueron 15 días en los que Marta se fue de crucero con Carlos...)
Pero siempre había estado la otra… es lo que mola de ser 3! Nunca una se queda sola si otra se va…

Marta, universidad de medicina de Salamanca
Eva, escuela de dramatización en Los Ángeles
Yo me quedaría en Madrid, haciendo periodismo

¡Aguantamos! Superamos los años de Carrera…
Nos organizamos para vernos, hablábamos todos los días por skype, incluso asistimos a la primea obra de Eva, en un modesto teatro de Westdale, en L.A

Siempre pensé que si había una amistad perfecta, era la nuestra.
Hasta aquella tarde…

El último año fue definitivo.
Me había independizado e invité a las chicas a la inauguración de mi pequeño apartamento en la calle Fuencarral de Madrid.

No era gran cosa, pero era MI COSA, la que había conseguido después de tener un trabajo de redactora por la mañana, pequeños trabajos de azafata en algún congreso, y de camarera por la noche…

A Marta la veía más… Se vino a Madrid al acabar la carrera y estaba trabajando en el Suma 112, con largas guardias nocturnas, pero un amor loco por su novio Carlos… y él por ella, que era lo que lo hacía tan increíble.

Eva… Eva es otro caso… hacía dos años que no la veíamos y casi habíamos perdido el contacto.
No había forma de dar con ella…
Siempre fue la más “cabra loca” de las 3 (por no decir dejada… aunque me duela)
Nos contó que había estado con un conocido actor de Hollywood (un tal McCornik, McGregor, McDonals… ¡yo que sé!) con un futbolista de Los Galaxy (como si supiéramos de futbol) y ahora con un súper empresario, forrado y 30 años mayor que ella.

No soy de juzgar. De hecho no lo hice.
Había pasado mucho tiempo y tendría muchas cosas que contar.
¡Y el gran día era hoy!

Estaba todo listo.
Todo limpio y oliendo a Nenuco… como nos gustó siempre.

Había creado una lista de reproducción en el spotyfi “MOSQUETERAS” con canciones como “I´m a bitch” “Saturday night” y temas del estilo (que ahora cunado los ves, ¡es terrorífico! Pero… teníamos una coreografía para cada uno…)

Para cenar ¡¡FRITANGA!! Nuggets de pollo, patatas fritas congeladas, empanadillas, palitos de mozzarela… Era nuestra quedada de los domingos… ¡¡comíamos hasta reventar!! y hoy no podía ser distinto.

Estaba nerviosa… MUCHO

Primero llego Marta, esta vez sin Carlos, aunque era raro verlos por separado

“TIAAAAAAAAAAAAAA!!!”

Casi nos  ahogamos en el abrazo, y eso que nos habíamos visto hacía 3 días…

“¿No ha llegado?”
“No, aún no, pero ya sabes como es…”
“ya… ¡¡OYE!! ¡¡Esto es precioso!!”
“¿te gusta? ¿Y has visto la zona? Ven, asómate…”
“¡¡siiiii!! Sé que es tu favorita de Madrid… estoy muy orgullosa de ti tía, por fin lo has conseguido… tu carrera, tu casa… sólo falta el novio y trabajar un poco menos, cobrando un poco más…”
“Maaaarta, no empieces ¿¿eh??”
“¡¡ANDA!! ¡¡DAME UN ABRAZO!! ERES UNA CRACK”

Sonó el timbre.

“¿en serio? ¡Pensé que llegaría más tarde! Punto positivo Eva.”

Y ahí estaba. ¿Era ella?... ¡Dios! ¡Estaba muy cambiada!

“¡CUKIIIIIIIS!”

Se quitó las gafas de pasta de leopardo poniéndoselas a modo de diadema, dejó cuidadosamente las bolsas en el suelo y abrió los brazos esperando un abrazo…

Marta y yo nos quedamos paralizadas mirando a aquella Barbie de abrigo de piel. Por cierto… Cuki no nos lo había llamado en su vida.

Al fin conseguí reaccionar…

“¡Evaaaa! ¡¡Hola!! Cuánto tiempo… ¡¡has estado desaparecida!!”
“¡Nena, nena! Menos efusividad que vengo de la Pelu y llevo dos horas peinándome… pero ¡¡mirate!! ¡¡Si no has cambiado nada!! ¡Sigues exactamente igual! Tus ojeras, tu moño alto en la cabeza, tus pintas de hippie… jaja… ¡te has quedado en los 17!”

Me separé de ella, extrañada de que sus primeras palabras fueran “semi-ataques” y digo “semi” porque, insisto, esa no era mi amiga… la de toda la vida.

“¿Y tú? ¿Qué me cuentas súper doctora? ¿Has conseguido a un bien posicionado médico ya?”
“Eva, sigo con Carlos… de hecho quería que estuviéramos las tres para deciros que…”
“¿¿EN SERIO?? ¿Carlos?... otra que se ha quedado en los 17… En fin…”

La cara de Marta era un poema entre dramático y cómico… se había quedado totalmente muda ante las palabras de aquella desconocida prepotente.

Pasó sin tan si quiera echar un ojo a mi apartamento… y se fue directa a la terraza.

“¿Queréis? Son cigarrillos franceses, auténtica crema en la boca…”

Parpadeé 4 veces seguidas viendo aquella especie de película de adolescentes que tantas veces hemos visto en la tele… La típica de “la gente se transforma con los años, la amistad verdadera no existe, y todo eso”… Ya me había tocado la moral, y eso, por no decir otra cosa…

“¡¡Bueno!! ¿Y que hay de ti gran estrella?¿cómo  te va la vida?”
“Mirad…”

Apagó el cigarrillo en mi terraza, dejando la colilla en el suelo… y nos enseño su mano, con un pedrusco en su dedo…

“¡¡Me he casado!!”

Otra vez, quieres decir… ya, lo siento… de pronto ¡¡no la soportaba!!

“¿con el magnate?”
“Si Marta, con Donald…”
“¡¡Mira!! ¡¡Como el pato!!” interrumpí… y me empecé a reír… sólo yo…

“En fin, que nos casamos en las Maldivas y fue todo ¡taaaan idílico! Os habría invitado, pero supuse que no tendrías dinero para poder venir, y tampoco quería que os sintieseis mal…”
“¿te has casado y no nos has dicho nada? No lo entiendo Eva… pero ¿qué te pasa?”

Mientras hablaba, Marta estaba a punto de llorar…

“Cuki, cuki, seamos sinceras que ya tenemos una edad… Cada una ha hecho su vida, ha seguido su camino, su historia… Algunas creciendo y otras quedándose en el intento…”

Casi se me atraganta el nugget, que por cierto, sólo estaba comiendo yo…
Me estaba preguntando cuánto tardaría hasta echarla de mi casa…

“pero es ley de vida… y claro, al final los pactos de niñas son eso, pactos de niñas. Lo importante es que hoy estamos aquí, con nuestras vidas hechas y nuestras historias que contar… de hecho, bueno, no os lo vais a creer…¿sabéis que me he comprado el último modelo exclusivo de Jimmy Choo? … os lo habría traído, pero ¿y si me lo roban? Porque por estas calles ya se sabe… los compré en NY y la verdad…”

Siguió hablando de ella durante una hora… en serio, ¡¡ni si quiera de ella!! De su marca rara de zapatos, su marido rico y su caras mierdas materiales.
No podía mas… me había comido toda la fritanga sola y desconecté a los 3 minutos de conversación de aquella petarda…
No quedaba nada de Eva y después de una hora… pude aceptarlo.
Una hora hablando… sin parar.

Yo miraba a Marta, intentando averiguar si pensaba lo mismo que yo…
Pero estaba claro que no…
El tema de los Jimmy Choo nuevo de Eva, la tenían hipnotizada.

“¡¡SE ACABÓ!!”

Me metí la última empanadilla en la boca y me levante de golpe de la silla…
Abrí la puerta de la calle…

“Fuera de mi casa... tú, tus zapatos horteras y tu animal muerto encima de ti… largo”

Creo que nunca había visto a Marta con los ojos más abiertos…
Eva se llevó la mano al pecho e hizo un gesto que sólo había visto hacer en las pelis a las pijas americanas, con ese giro de muñeca y ese “¿¿perdonaaaa?” al final del movimiento…

“¿¿Me estas echando de tu casa?? Pero ¿tú de que vas?”
“Mira Eva, te lo diría en inglés, pero seguramente mi acento no sea demasiado bueno como para que lo entiendas, así que te lo voy a decir, despacito y en mi idioma… L-A-R-G-O”

Cogió sus cosas, me miró sin decir nada, de arriba abajo con cara de asco, giró la cabeza con movimiento de melena incluida, y se fue…

Cerré la puerta…Aun flipando y miré a Marta…
Hubo unos segundos de silencio… de incomprensión… de lástima.
Pero nos empezamos a partir de risa…

“¿¿En serio?? ¡¡Pero quién es esa!!”
“La de los Winnie Poos”
“¡¡Jimmy Choo!!... jajajaja”

Era surrealista, pero había algo de razón en lo que había dicho Eva. Todas seguimos nuestro camino, elegimos nuestra vida y apostamos por encontrar nuestra felicidad. Menos ella.
Mi abuela decía “las cosas siempre se disfrutan más cuando las consigue uno mismo y con esfuerzo”

Las experiencias te enseñan…
Los sacrificios te curten…
Y los errores te refuerzan…

Si no vives nada de eso… ¿Qué esperas?

Abrimos una botella de vino y nos dieron las mil de la noche, hablando, recordando lo que habían sido las 3 Mosqueteras… y es lo bueno que tiene ser 3… que cuando una se va, la otra nunca se queda sola…

“Me caso con Carlos…”
“¿¿QUÉ?? ¡¡¡ENHORABUENA!!!”
“Si tía… ESTOY FELIZ… quería invitar a Eva…”
“vaya… si te casas en las Maldivas, yo si que no voy a poder ir…”

Me tiró un cojín a la cara y seguimos con nuestra “noche de chicas”

¿Que qué saco de todo esto?
No hay mucha gente auténtica y luchadora
La honestidad suele brillar por su ausencia
Y no podré llevar unos Winnie Poo

Pero cuando averiguas quién eres y te gustas, cuando aprendes a elegir a quién quieres al lado y a dar la importancia a lo que realmente la tiene… qué cómoda se está en zapatillas de andar por casa.

5 comentarios:

  1. La amistad no es vista con los mismos ojos en todas las personas...y la vida con sus circunstancias van cambiando las actitudes de la gente.
    Los amigos van y vienen y al final quedan los que menos te imaginas.
    Me han encantado los 3 mini relatos y ya estoy esperando el siguiente.
    un saludo Lara

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  2. Soy de los que piensan que un amigo es el que a pesar de las distancia se acuerda de los momentos importantes que vivieron y que la amistad supera a las circunstancias. A mí me pasó una cosa muy parecida a la que te pasó a ti, pero no fue porque cada uno se fue a estudiar a distancias diferentes, sino que quizás en mi peor momento personal fueron cuando se separaron y cambiaron de una forma que jamás pensaba que iba a pasar. Con suerte, he encontrado a los que de verdad valen la pena y no me han defraudado. A veces las personas que menos puedes imaginar son las que están a tu lado cuando las necesitas y no hace falta decirles nada porque ya están.
    Me ha valido y mucho la pena que los primeros se fueran para saber cuales son los de verdad los amigos fieles.
    Saludos.

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  3. Si en algun momento de tu ajetreada vida tienes tiempo para leer te dejo este enlace. lavozquenuncaescuchas.blogspot.com.es

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  4. Impresionante! sin palabras. La verdad no sabría como decirte todo lo que transmites a través de tus palabras, sólo he pensado ¿Tendrá algún libro para ir corriendo a comprármelo?
    He encontrado tu blog por casualidad en Twitter ¡pero oye que gran casualidad! A partir de hoy tienes una lectora más.
    Al año que viene quiero hacer periodismo, llevo toda la vida escribiendo, digamos que es mi forma de desconectar y a la vez de divertirme para que engañarnos. Me gustaría que te pasaras por mi Twitter y poder darme algún consejo.
    Saludos y enhorabuena.
    @LauraDurban

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  5. Increíble tu forma de escribir. Esa noche la vida te enseño dos cosas, que con el tiempo las personas cambian, la persona que tú conocías, ya no es la misma.Y la más importante, la amistad verdadera si existe, tu amiga Marta. Es lo bonito de la vida, y todo lo que la rodea, cada día te sorprende con algo diferente.

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