Llevo 48 días sin salir de casa…
casi sin salir de la cama
Tengo 35 años y me parecen los 35 años
más tristes de la historia de la humanidad
Sin trabajo
Sin pareja
Sin amigos
Sin familia
Y todo porque estoy bien en “mi
burbuja”
Sola se esta bien. A veces...
"Depresión"
Qué sabrán qué coño me
pasa… qué fácil juzgar desde fuera y qué sencillo arreglar los problemas
ajenos…
¡¡Que sí!! Que “lo tengo todo… que
no tengo derecho a quejarme… que la vida es maravillosa”
bla bla bla… Contarme algo nuevo.
Teléfonos apagados
Telefonillo desconectado
La única que traspasa mi “fuerte”, endeble “fuerte”, es mi madre
Tenía las llaves de casa, y pese a
que las dejaba puestas por dentro, la puerta se podía abrir igualmente…
“Hija… no puedes seguir así… ¡¡lo
tienes todo!! ¿No te das cuenta? Una familia que te adora, inteligencia,
posibilidades, amigos, salud… ¡¡puedes conseguir todo lo que te propongas!!
Pero, cariño, tienes que
levantarte… tienes que mirar por ti”
Mi madre…
Nunca ha sido la típica madre de
besitos constantes y regalitos absurdos de niña mimada…
De “que guapa eres y que bien te
queda esa camiseta”…
y creo que es lo que más me gusta de ella… Eso, y que
esté…
Como mi padre, pero él no tiene
palabras al verme así
Y mira que es la persona más inteligente que conozco y
con más labia del mundo…
Pero no con “su niña” así.
Los voy a echar de menos.
Mucho.
Vaya a donde vaya
No soy creyente, la verdad…
No creo en “una vida maravillosa
después de la muerte” ni en historias así…
Aunque visto de otra manera, si la
vida en vida me parece una mierda, quizás en otra vida al fin encaje.
Yo que se…
Ayer fui a la ferretería a comprar
una cuerda gruesa y resistente
“¿De cuantos metros la quiere
señorita?”
“mmmm… no lo se… ¿con cuantos
metros se puede ahorcar uno?”
El ferretero se rió, pero mi cara
no hizo ningún gesto que indicase que fuera una broma…
Carraspeó y me miró fijamente.
“deme dos metros”
He escrito una carta…
No la “típica carta de despedida
lacrimógena”…
Eso no va conmigo.
En realidad es una carta de
“gracias y adiós”
Me hace mucha gracia la gente que,
cuando alguien muere, te suelta el discursito de “en realidad, ahora los que
más sufren son los que se quedan”
¿En serio?
No puedo evitar ahogarme de la risa
cada vez que lo pienso…
Los que se quedan… claro…
Los que no rehacen su vida a los 3
días y siguen a lo suyo… que de esos, no se nos viene nadie a la cabeza…
¡Vale! Miento…
De vez en cuando habrá un “que
linda era, tan risueña y dulce”
(que tú, si lo escucharas pensarías… “¿pero de
quién coño hablarán? ¿Risueña y dulce, yo?”)
Pero poco más… y eso en los
primeros años (o meses)
Bueno. Pues esta mañana, colgando
la resistente y gruesa cuerda en la barra de dominada de mi fornido y guapo ex,
al que pille tirándose a su profesora de inglés en mi propia casa
(Historia que no viene a cuento y
que ojala se les salten los ojos de la presión de tanto empujón)
… aparece un
tío, y sin haber abierto puerta o ventana alguna de mi cuchitril…
“¿¿Se puede saber quien coño eres y
qué haces en mi casa?”
Sus pintas no podían ser más
decadentes…
Vaqueros rotos, camiseta negra
descolorida, bastante despeinado y con barba de unos cuantos días… Pero, la
verdad, es que no era ni desagradable, ni generaba sensación de pánico alguno…
Sólo desconcierto.
“Si, si… ahora te cuento todo el
rollo ese de “vengo a salvarte” y bla bla bla…
Pero ¿tienes una cerveza? Estoy
seco y con “combustible” parece que me expreso mejor…”
“Oye… ¿me estas vacilando?”
El tipo se levantó del sofá, de MI
sofá y se fue derecho a la cocina…
Cogió la cerveza más fría de la
nevera…
“¿Quieres una?”
“¡¡NO!! ¿QUÉ HACES EN MI CASA??
¿¿¿Cómo has entrado??? ¿¿Y QUIÉN ERES TÍO??”
Le dio un trago a su cerveza,
bastante largo por cierto, e hizo el típico ruidito de “borracho” cuando acaba
de beber su copa… Ese “aaaaaaaaah” que tanto asco da.
“Vale nena, soy tu ángel de la
guarda, tu espíritu mensajero, tu guardián, tu bienaventurado, tu protector
divino,… pero puedes llamarme “Oh salvador, mi gran salvador, el único e
irrepetible…”
Se empezó a partir de risa él sólo
“Vale, voy a llamar a la policía…
tienes dos segundos para salir de mi casa, o te juro que te mato”
“Nena… ese carácter tuyo…
siempre
tan desafiante desde pequeña…
Si ya con dos años apuntabas con el
dedo como diciendo “ojo conmigo que soy pequeña pero matona…”
Me lo he pasado bien contigo, la
verdad… ¡pero dale! No te quiero entretener
de tu plan…”
La verdad que os aseguro que en ese
momento estaba tan decidida a todo, que no iba a permitir que un gilipollas me
retrasase mi camino…
Total, si me iba a ahorcar ¿qué mas
da que me robase, o mejor, me matase quitándome del medio rápido…?
Si era un
tarado y quería espectáculo, que se coja otra cerveza…
A mi me iba bien, mientras no
incordiase…
“Oye mira, me da igual lo que
quieras, cógelo y lárgate… O quédate, pero en silencio…
Tócate los huevos, ni en mi
suicidio puedo estar tranquila…”
Intentaba amarrar la cuerda a la
barra, pero no era capaz de hacer un nudo suficientemente fuerte como para
aguantar mi peso…
“¡Esa boca! ¿cuándo hablarás como las señoritas?… si es que ya lo dice tu madre…”
Seguía peleando con la cuerda y el
maldito nudo, chorreando de sudor de tanto intentarlo
“¿Qué sabrás tu de mi madre?”
¡¡Por fin!! ¡¡Parecía que ahora
si!! No se como lo había conseguido pero, parecía que aguantaba.
“Nena… ¿y cuánto crees que nos va a
llevar esto?
Quiero decir…
¿en cuanto rato
volverás a cambiar de opinión y pensar que “la vida puede ser maravillosa, hay muchas
cosas por las que pelear, mucha gente a la que querer y conocer” y todo eso …
Lo digo porque yo ya llevo 3
cervezas, estoy con el puntillo y la verdad que verte intentando colgar una
cuerda como una loca, tiene gracia un rato… Pero es que ya van unos cuantos
minutitos eh? …”
Lo miré con cara de asco, de arriba
abajo…
“Lo primero de todo, no me vuelvas
a llamar nena o te reviento…
Y lo segundo, si te aburres, ¿por qué
no te largas y me dejas en paz”
“¡¡OH!! OHHH… ¡¡perdona Jackie Chan!!
¡¡Mucho valor!! Pero que no se te
olvide ese rollo de “mi vida es taaaaaaan dura...
Soy taaaaan desgraciada que
como crispis y no me levanto de la cama porque estoy perdida y no se hacia
donde ir…
¡¡¡oooooohhh!!! ¡¡Vida cruel e injusta!! ¿¿¿Qué va a ser de mí???… no
valgo nada… nada tiene sentido…”
Lo decía en un tono tan burlesco,
que me recordaba a las niñas repelentes cuando se chinchan entre ellas…
“Mira nena, sólo te voy a decir dos
cosas”
“Me tienes hasta las pelotas… ¡¡Oh!!
¡¡Gran salvador!!
Espera que las adivine…
1) ¡¡la vida es un regalo de Dios
que hay que aprovechar al máximo!! Y ¡¡oooooh!!
2) Piensa en los que te quieren,
que les arruinaras la vida para siempre… y todo lo que te queda, que puede ser
maravilloso”
Se empezó a reír… MUCHO
“Casi, pero no…
1) Déjate de dramas, que para los Oscars
ya hay mucha competencia y no pintas nada con la cuerdita esa ahí puesta…
2) Tienes que comprar cervezas, me
las he bebido todas y ¡¡coño!! Vaya cogorza…
Se volvió a carcajear y se fue…
¡¡¡SE FUE!!!...
Desapareció…
Sin más… NI MENOS
Volví en mí…
Y creo que no me he sentido más
ridícula en mi vida...
Se que no se lo contaré a nadie,
primero, porque nadie me creerían…
Pero sobre todo, porque nunca aceptaré
haber sido tan cobarde como para haber pensado en todo aquel paripé…
Moraleja: “Más vale cerveza fría en
mano, que soga colgando”
Impresionante... sin palabras...
ResponderEliminarSiempre cuando no vemos nada y la oscuridad nos tapa los ojos....un rayo de luz aunque sea muy fino puede cambiarlo todo.
ResponderEliminarEl mini relato de hoy me ha encantado,
pd:Esperando el siguiente
un saludo
genial :)
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