martes, 26 de marzo de 2013

NENA


Llevo 48 días sin salir de casa… casi sin salir de la cama

Tengo 35 años y me parecen los 35 años más tristes de la historia de la humanidad

Sin trabajo
Sin pareja
Sin amigos
Sin familia

Y todo porque estoy bien en “mi burbuja”

Sola se esta bien. A veces...

"Depresión" 

Qué sabrán qué coño me pasa… qué fácil juzgar desde fuera y qué sencillo arreglar los problemas ajenos…
¡¡Que sí!! Que “lo tengo todo… que no tengo derecho a quejarme… que la vida es maravillosa”  

bla bla bla… Contarme algo nuevo.

Teléfonos apagados
Telefonillo desconectado
La única que traspasa mi “fuerte”, endeble “fuerte”, es mi madre

Tenía las llaves de casa, y pese a que las dejaba puestas por dentro, la puerta se podía abrir igualmente…

“Hija… no puedes seguir así… ¡¡lo tienes todo!! ¿No te das cuenta? Una familia que te adora, inteligencia, posibilidades, amigos, salud… ¡¡puedes conseguir todo lo que te propongas!!
Pero, cariño, tienes que levantarte… tienes que mirar por ti”

Mi madre…

Nunca ha sido la típica madre de besitos constantes y regalitos absurdos de niña mimada…
De “que guapa eres y que bien te queda esa camiseta”… 
y creo que es lo que más me gusta de ella… Eso, y que esté…

Como mi padre, pero él no tiene palabras al verme así
Y mira que es la persona más inteligente que conozco y con más labia del mundo…
Pero no con “su niña” así.

Los voy a echar de menos.
Mucho.
Vaya a donde vaya

No soy creyente, la verdad…
No creo en “una vida maravillosa después de la muerte” ni en historias así…
Aunque visto de otra manera, si la vida en vida me parece una mierda, quizás en otra vida al fin encaje.

Yo que se…

Ayer fui a la ferretería a comprar una cuerda gruesa y resistente

“¿De cuantos metros la quiere señorita?”
“mmmm… no lo se… ¿con cuantos metros se puede ahorcar uno?”

El ferretero se rió, pero mi cara no hizo ningún gesto que indicase que fuera una broma…
Carraspeó y me miró fijamente.

deme dos metros”

He escrito una carta…

No la “típica carta de despedida lacrimógena”…
Eso no va conmigo.
En realidad es una carta de “gracias y adiós”

Me hace mucha gracia la gente que, cuando alguien muere, te suelta el discursito de “en realidad, ahora los que más sufren son los que se quedan”

¿En serio?

No puedo evitar ahogarme de la risa cada vez que lo pienso…
Los que se quedan… claro…
Los que no rehacen su vida a los 3 días y siguen a lo suyo… que de esos, no se nos viene nadie a la cabeza…

¡Vale! Miento…

De vez en cuando habrá un “que linda era, tan risueña y dulce” 
(que tú, si lo escucharas pensarías… “¿pero de quién coño hablarán? ¿Risueña y dulce, yo?”)
Pero poco más… y eso en los primeros años (o meses)

Bueno. Pues esta mañana, colgando la resistente y gruesa cuerda en la barra de dominada de mi fornido y guapo ex, al que pille tirándose a su profesora de inglés en mi propia casa
(Historia que no viene a cuento y que ojala se les salten los ojos de la presión de tanto empujón)
… aparece un tío, y sin haber abierto puerta o ventana alguna de mi cuchitril…

“¿¿Se puede saber quien coño eres y qué haces en mi casa?”

Sus pintas no podían ser más decadentes…
Vaqueros rotos, camiseta negra descolorida, bastante despeinado y con barba de unos cuantos días… Pero, la verdad, es que no era ni desagradable, ni generaba sensación de pánico alguno…
Sólo desconcierto.

“Si, si… ahora te cuento todo el rollo ese de “vengo a salvarte” y bla bla bla…
Pero ¿tienes una cerveza? Estoy seco y con “combustible” parece que me expreso mejor…”

“Oye… ¿me estas vacilando?”

El tipo se levantó del sofá, de MI sofá y se fue derecho a la cocina…
Cogió la cerveza más fría de la nevera…

“¿Quieres una?”

“¡¡NO!! ¿QUÉ HACES EN MI CASA?? ¿¿¿Cómo has entrado??? ¿¿Y QUIÉN ERES TÍO??”

Le dio un trago a su cerveza, bastante largo por cierto, e hizo el típico ruidito de “borracho” cuando acaba de beber su copa… Ese “aaaaaaaaah” que tanto asco da.

“Vale nena, soy tu ángel de la guarda, tu espíritu mensajero, tu guardián, tu bienaventurado, tu protector divino,… pero puedes llamarme “Oh salvador, mi gran salvador, el único e irrepetible…”

Se empezó a partir de risa él sólo

“Vale, voy a llamar a la policía… tienes dos segundos para salir de mi casa, o te juro que te mato”

“Nena… ese carácter tuyo… 
siempre tan desafiante desde pequeña…
Si ya con dos años apuntabas con el dedo como diciendo “ojo conmigo que soy pequeña pero matona…”
Me lo he pasado bien contigo, la verdad… ¡pero dale! No te quiero entretener de tu plan…”

La verdad que os aseguro que en ese momento estaba tan decidida a todo, que no iba a permitir que un gilipollas me retrasase mi camino…

Total, si me iba a ahorcar ¿qué mas da que me robase, o mejor, me matase quitándome del medio rápido…? 

Si era un tarado y quería espectáculo, que se coja otra cerveza…
A mi me iba bien, mientras no incordiase…

“Oye mira, me da igual lo que quieras, cógelo y lárgate… O quédate, pero en silencio…
Tócate los huevos, ni en mi suicidio puedo estar tranquila…”

Intentaba amarrar la cuerda a la barra, pero no era capaz de hacer un nudo suficientemente fuerte como para aguantar mi peso…

“¡Esa boca! ¿cuándo hablarás como las señoritas?… si es que ya lo dice tu madre…”

Seguía peleando con la cuerda y el maldito nudo, chorreando de sudor de tanto intentarlo

“¿Qué sabrás tu de mi madre?”

¡¡Por fin!! ¡¡Parecía que ahora si!! No se como lo había conseguido pero, parecía que aguantaba.

“Nena… ¿y cuánto crees que nos va a llevar esto?
Quiero decir…
¿en cuanto rato volverás a cambiar de opinión y pensar que “la vida puede ser maravillosa, hay muchas cosas por las que pelear, mucha gente a la que querer y conocer” y todo eso …
Lo digo porque yo ya llevo 3 cervezas, estoy con el puntillo y la verdad que verte intentando colgar una cuerda como una loca, tiene gracia un rato… Pero es que ya van unos cuantos minutitos eh? …”

Lo miré con cara de asco, de arriba abajo…

“Lo primero de todo, no me vuelvas a llamar nena o te reviento…
Y lo segundo, si te aburres, ¿por qué no te largas y me dejas en paz”

“¡¡OH!! OHHH… ¡¡perdona Jackie Chan!!
¡¡Mucho valor!! Pero que no se te olvide ese rollo de “mi vida es taaaaaaan dura... 
Soy taaaaan desgraciada que como crispis y no me levanto de la cama porque estoy perdida y no se hacia donde ir… 
¡¡¡oooooohhh!!! ¡¡Vida cruel e injusta!! ¿¿¿Qué va a ser de mí???… no valgo nada… nada tiene sentido…”

Lo decía en un tono tan burlesco, que me recordaba a las niñas repelentes cuando se chinchan entre ellas…

“Mira nena, sólo te voy a decir dos cosas”

No pude más y le contesté 

“Me tienes hasta las pelotas… ¡¡Oh!! ¡¡Gran salvador!!
Espera que las adivine…
1) ¡¡la vida es un regalo de Dios que hay que aprovechar al máximo!! Y ¡¡oooooh!!
2) Piensa en los que te quieren, que les arruinaras la vida para siempre… y todo lo que te queda, que puede ser maravilloso”

Se empezó a reír… MUCHO

“Casi, pero no…
1) Déjate de dramas, que para los Oscars ya hay mucha competencia y no pintas nada con la cuerdita esa ahí puesta…
2) Tienes que comprar cervezas, me las he bebido todas y ¡¡coño!! Vaya cogorza…

Se volvió a carcajear y se fue… ¡¡¡SE FUE!!!...
Desapareció…
Sin más… NI MENOS

Volví en mí…

Y creo que no me he sentido más ridícula en mi vida...

Se que no se lo contaré a nadie, primero, porque nadie me creerían…
Pero sobre todo, porque nunca aceptaré haber sido tan cobarde como para haber pensado en todo aquel paripé…
  
Moraleja: “Más vale cerveza fría en mano, que soga colgando”

3 comentarios:

  1. Siempre cuando no vemos nada y la oscuridad nos tapa los ojos....un rayo de luz aunque sea muy fino puede cambiarlo todo.
    El mini relato de hoy me ha encantado,
    pd:Esperando el siguiente
    un saludo

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